Con la llegada de la desescalada tras varios meses de confinamiento derivada de la crisis sanitaria por el Covid- 19 son muchas las personas que han experimentado el síndrome de la cabaña.
Este periodo tan largo de encierro en nuestras casas ha generado para algunas personas diversas consecuencias a nivel psicológico de carácter negativo.
Si crees que es tu caso o el de algún allegado, en el siguiente artículo te cuento qué es el síndrome de la cabaña, cuáles son sus síntomas y algunos consejos para aprender a gestionarlo.
Tras meses de confinamiento encerrados en nuestras casas, son muchas las personas experimentan el miedo a salir a la calle, relacionarse con los demás e incluso realizar actividades de la vida cotidiana. Este miedo o rechazo a salir a la calle es lo que se conoce como el síndrome de la cabaña.
El síndrome de la cabaña es la aparición de un miedo excesivo e intenso a cambiar de entorno tras haber estado un tiempo prologando encerrado.
Aunque a priori la desescalada es una buena noticia para muchos, hay un porcentaje de la población a la que la vuelta a la vida normal puede desencadenar algunos síntomas de ansiedad.
Cabe señalar que el síndrome de la cabaña no es un trastorno psicológico, sino que se trata de una consecuencia que, puede llegar incluso a considerarse hasta natural, derivada de haber pasado tanto tiempo en confinamiento.
El síndrome de la cabaña tiene su origen en el siglo XX y proviene del inglés “cabin fever”. Durante esa época los colonos americanos debían de permanecer durante los largos fríos inviernos encerrados en sus cabañas, lo que derivaba en la aparición de sentimientos de enjaulamiento, depresión y/o experimentar los síntomas propios de las ansiedad.
Como ya hemos hecho mención, este síndrome se desencadena cuando una persona ha estado encerrada durante un periodo prolongado de tiempo sin el contacto físico con personas que no sean quienes convivan con estas.
Como consecuencia de la crisis sanitaria por el Covid-19, hemos tenido que estar confinados en nuestros hogares durante más de 60 días, saliendo a la calle sólo para realizar algunas tareas básicas, pasando la mayor parte del día entre cuatro paredes.
Somos conscientes del peligro que supone salir a la calle y exponerte al virus, tanto para uno mismo como para familiares y amigos. Debido al instinto de supervivencia los seres humanos tenemos la capacidad de vivir y convivir encerrados y confinados adaptándonos a las circunstancias.
Sin embargo, para quienes experimentan el síndrome de la cabaña asocian el peligro a la calle y perciben su hogar como el único lugar seguro debido a que nuestro cerebro, tras tanto tiempo, se ha acostumbrado a la seguridad que nos aporta nuestra casa.
Al entender la calle como un peligro, las personas que sufren este síndrome experimentan sentimientos de rechazo, irritabilidad y ansiedad frente al confort y tranquilidad de su hogar.
Las personas que durante el estado de alarma les ha tocado pasar el confinamiento solas y, sobre todo, a los más mayores, tienen más probabilidades de experimentar el síndrome de la cabaña.
Al haber pasado tanto tiempo solas sin ningún contacto físico puede haber generado un rechazo a la hora de tener contacto con los demás.
Los síntomas del síndrome de la cabaña son muy similares a los que experimenta una persona cuando sufre un trastorno de ansiedad, depresión o hipocondrías.
Estos son los síntomas más comunes que puede experimentar una persona:
Si detectas uno o varios de estos síntomas y crees que puede estar afectando a tu vida normal, desde Psicología Nafría contamos con un nutrido grupo de expertos que estudian cada caso para ofrecer un trato cercano y personal.
A continuación de detallo una serie de recomendaciones que en e caso de experimentar los síntomas anteriores aprendas a gestionarlos y poder llevar una vida normal.
Es importante tener claro que cada persona puede y deber de ir regulando cada una de sus salidas y gestionarlo como mejor crea que es para uno mismo.
Debemos de tener en cuenta que la necesidades y circunstancias de cada persona son diferentes, por lo que debemos ser respetuosos con las decisiones de los demás.
Si crees que esta situación esta afectando a tu vida y buscas la ayuda de un profesional, en Psicología Nafría contamos con las herramientas necesarias para evitar que estos síntomas se agraven día a día. No dudes en ponerte en contacto conmigo, la primera consulta es gratuita.
Patricia Nafría Vicente
Psicóloga sanitaria y Neuropsicóloga. Mente inquieta en formación continua.
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