El síndrome del impostor es un problema neuropsicológico que podemos sufrir los seres humanos y que también se conoce bajo los términos “fenómeno del impostor” o “síndrome del fraude”. Las personas que lo sufren suelen caracterizarse por sentirse insuficientes con todo aquello que hacen, por lo que esto desemboca en tener el constante miedo de que otras personas piensen que mienten.
Antes de seguir, debo aclarar que el uso del término “fenómeno” va a ser bastante habitual, ya que el problema no está reconocido como un trastorno o una enfermedad mental en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales o DSM.
Si quieres saber más sobre este fenómeno y destapar las causas del síndrome del impostor, te invito a seguir leyendo este nuevo post que hoy te traigo en mi blog. Soy especialista en ayudar a personas con problemas psicológicos para que encuentren una cura que, de otra manera, no sería posible alcanzar.
Para saber si tienes síndrome del impostor, puedes comenzar por verte a ti mismo o misma por dentro y descubrir qué es aquello que te impide alcanzar la satisfacción con lo que haces. Uno de los principales síntomas de este desorden psicológico es tener un alto nivel de autoexigencia, hasta el punto de no ser capaz de reconocer lo que vales y tus logros personales.
Digamos que el término “síndrome del fraude” le hace bastante justicia, ya que es lo que estas personas piensan que son, porque en su interior sienten que no hacen más que decepcionar al resto. Es decir, rechazan cualquier tipo de situación exitosa porque la conciben como un acto de suerte, en lugar de un logro por méritos propios.
El síndrome del impostor puede ser difícil de identificar, especialmente porque quienes lo padecen suelen minimizar sus logros y atribuirlos a factores externos, como la suerte o la ayuda de otros. Sin embargo, existen ciertos patrones comunes que pueden ayudarte a determinar si te identificas con este fenómeno:
Para descubrir si tienes síndrome del impostor, realiza una autoevaluación o consulta con un profesional de la psicología, que puede ayudarte a explorar estos pensamientos y comprender mejor tu relación con el éxito y el reconocimiento.
Algunos estudios sobre el síndrome del impostor en psicología indican que hasta un 70% de la población mundial ha llegado a sufrir este fenómeno en algún momento de su vida, por lo que resulta bastante habitual desarrollar esta clase de actitudes. Especialmente, estas se producen en individuos con un alto rendimiento laboral.
Como consecuencia, estas personas pueden llegar a sentirse impostoras en este ámbito y desarrollar bloqueos a nivel de productividad, de manera que se encuentran con un gran muro psicológico que frena sus aspiraciones profesionales y económicas, entre otros factores.
Estas son las principales causas del síndrome del impostor que te pueden estar afectando a ti o a alguien de tu entorno más cercano:
Otros de los signos que se pueden manifestar y, por lo tanto, hacer que te sientas insuficiente con tus logros del día a día son la desesperanza, la depresión y la tristeza. Síndrome del impostor y ansiedad son dos problemas psicológicos que están estrechamente relacionados, por lo que ser una persona que vive constantes situaciones de angustia y ansia.
Asimismo, el síndrome del impostor y el TDAH también guardan una estrecha relación. Este trastorno por déficit de atención e hiperactividad también está presente en millones de personas en todo el mundo y puede darse el caso de sufrir ambos problemas psicológicos al mismo tiempo. Muchas personas con esta afección neurológica sienten que son impostores.
Según una investigación realizada por la Universidad de Cincinnati (EE. UU.), el síndrome del impostor en mujeres es algo más frecuente que en los hombres. Los datos de este estudio indican que los hombres presentan un 18% menos de posibilidades de padecerlo, además de que un 66% de las mujeres han pasado por ello en algún momento de sus vidas.
Por otra parte, uno de los datos más destacables del análisis es la incidencia que tiene este problema en la población joven, dado que hasta el 86% de personas de entre 18 y 34 años han pasado por ella. Por el contrario, el porcentaje se reduce de manera significativa en aquellos individuos que se encuentran en la franja de 45 a 54 años.
De estos datos es sencillo sacar como conclusión que las personas que están más asentadas en la vida, tanto en el ámbito laboral como en el económico, son menos propensas a padecer el síndrome del impostor. Además, estas cifras coinciden en gran medida con las estadísticas sociales de la ansiedad, por lo que podemos afirmar con mayor seguridad que los dos fenómenos están relacionados.
Si padeces este fenómeno psicológico o conoces a alguien que lo sufra, lo normal es sentir un malestar contigo mismo o misma por varias razones:
Hay una serie de prácticas o hábitos que puedes comenzar a llevar a cabo para remediar el síndrome del impostor. La llegada de los resultados será progresiva, puesto que cambiar este tipo de actitudes requiere de un tiempo de compromiso, implicación y constancia, pero te puede asegurar que son un buen camino para disfrutar de un futuro mucho más próspero y positivo.
Lo principal es no fijarse en los logros ajenos para dejar de compararte con el resto. Evaluar tu productividad relacionándola con la de los demás puede llevarte a sentir episodios de inseguridad, por lo que esa sensación de ser insuficiente puede llegar a potenciarse con facilidad. El objetivo es totalmente el contrario: magnificar tus puntos fuertes para poder apreciar tus propios méritos.
Tener una perspectiva realista es una muy buena manera de comenzar a dejar la negatividad a un lado. Puedes hacer una lista de logros y analizar con sinceridad hacia ti mismo o misma cuál fue tu grado de implicación con esos proyectos. Es necesario que adoptes esa actitud para comenzar a darte cuenta de que la realidad va mucho más allá de tus juicios personales.
Recibe con buenas manos los cumplidos y las felicitaciones. Suele ser muy habitual que cuando una persona que sufre este problema recibe algún elogio por algo bueno que ha hecho o conseguido, esta discrepe parcialmente por el simple hecho de que no siente el logro como algo plenamente propio. ¿Recuerdas que te haya pasado? Te recomiendo empezar a cambiar este pensamiento de insuficiencia.
Muchas veces lo mencionado anteriormente va relacionado con la constante búsqueda del perfeccionismo. Como he mencionado antes, es necesario rebajar el nivel de autoexigencia y ser consciente de que el resto realmente no prestan atención a los detalles más pequeños a los que nosotros mismos damos demasiada importancia.
Superar el síndrome del impostor puede ser un proceso desafiante, pero con esfuerzo y las estrategias adecuadas, es posible lograr una relación más saludable contigo mismo y con tus logros. Aquí te comparto algunos siguientes pasos que pueden ayudarte:
Siguiendo todos estos pasos podrás comenzar a vencer ese síndrome del impostor que tantas trabas te está poniendo en tu vida personal y laboral. Lo normal es que, con el paso del tiempo, comience a desaparecer este sentimiento y seas capaz de reconocer las conductas o costumbres negativas que estabas llevando en tu día a día y te impedían disfrutar de una vida más real.
Dependiendo de cada caso, el problema puede tener una solución más o menos sencilla, ya que cada persona es totalmente diferente y el grado de este fenómeno puede variar de manera considerable. En cualquier caso, la validación de tus emociones hará que te dirijas en el camino correcto en esta lucha interna que estás tratando de sobrellevar.
Pero no todas las emociones son iguales, ya que hay dos tipos diferentes:
Es el momento de detectar cuál de todas ellas te está creando un obstáculo invisible en tu vida para poder superarlo y dejar de sentir que eres un fraude, que estás engañando a la gente de tu círculo más cercano o que no has hecho lo suficiente en algún acto en concreto. Tus emociones son las que determinan la magnitud de tu síndrome del impostor.
El síndrome del impostor no solo afecta el bienestar emocional, sino que también puede limitar el desarrollo personal y profesional. Ignorar este fenómeno puede llevar a problemas más graves, como ansiedad, estrés crónico o incluso depresión. Las personas que no reconocen su valía suelen evitar proyectos retadores, pedir ascensos o hablar sobre sus éxitos, lo que puede llevarlas a quedarse estancadas en su vida profesional.
Abordar el síndrome del impostor es clave para desbloquear tu potencial y vivir de manera más plena. Al entender cómo te afecta y aplicar estrategias para superarlo, puedes aprender a disfrutar de tus logros y alcanzar nuevos niveles de éxito y satisfacción personal.
El miedo al fracaso o la frustración con uno mismo pueden ser uno de los problemas más sencillos de detectar cuando sufres el síndrome del impostor, pero también puede llegar a afectarte hasta el punto de no permitirte descansar bien por las noches y que te cueste dormir, lo cual acaba teniendo repercusión directamente en tu rendimiento el día siguiente.
Este inconveniente puede llegar a convertirse en mucho más complicado de lo que parece y crear un efecto de bola de nieve que, lejos de poner remedio al problema, tan solo provoque que se intensifique. La mala calidad del sueño se traduce en un estado de fatiga que nos hace ser menos eficientes de lo que realmente seríamos en condiciones normales, y esto resulta letal para las personas que sufren el síndrome del impostor.
Si ya de manera natural sienten que todo lo que hacen no es suficiente y que siempre pueden tener un margen de mejora, en estas condiciones ese sentimiento sería aún mayor. Un menor rendimiento en el trabajo tiene grandes probabilidades de incrementar la frustración que estos individuos sienten por dentro.
Por lo tanto, si con toda la información que he puesto a tu alcance crees que padeces el síndrome del impostor y has tenido complicaciones para alcanzar un descanso placentero y continuo por las noches, es mejor que trabajes en ponerle remedio con tu médico de cabecera y acudiendo a mi consulta.
Soy Patricia Nafría, tu psicóloga en Madrid para el tratamiento de los problemas psicológicos que te estén afectando y te impidan llevar una vida normal. Ofrezco tratamiento tanto para adultos, como para niños y adolescentes, incluso para familias. Puedo ayudarte a salir de esta situación como ya lo he hecho antes con otros pacientes como tú.
Ven a visitarme y tendrás una primera consulta totalmente gratis para que puedas conocerme mejor y descubrir cómo será el proceso que seguiremos juntos para tratar tu síndrome del impostor. Gracias a mi amplia formación y conocimientos de neuropsicología, así como mi larga experiencia como profesional, podremos poner fin a tus dificultades.
Si los cuatro hábitos que te he propuesto en este artículo no te ayudan a mejorar la situación por tus propios medios, lo mejor es que recurras a asistencia psicológica. Los especialistas en este ámbito conocemos cómo funciona el cerebro humano y podemos adaptar el tratamiento en base a la magnitud del problema y la manera en la que vaya evolucionando.
Llámame o escríbeme por correo electrónico. Te espero en mi consulta.
Patricia Nafría Vicente
Psicóloga sanitaria y Neuropsicóloga. Mente inquieta en formación continua.
Si te sientes identificado/a con mis artículos, no dudes en contactarnos.
1 Comment
Hola Ángel, gracias por escribirnos. Si te sientes así, no dudes en ponerte en contacto con un profesional para que pueda ayudarte a sentirte mejor. Un saludo