¿Te sientes atrapada en una relación tóxica? ¿Te encuentras constantemente cuestionando tu autoestima y sintiéndote con falta de energía? Es hora de pasar a la acción y dar prioridad a tu bienestar mental y emocional. En este artículo exploraremos las características de las relaciones tóxicas, las diferentes fases por las que puedes estar pasando y sus causas
Y lo que es más importante, daremos pasos prácticos sobre cómo superar una crisis de pareja y recuperar tu amor propio y bienestar. No quiero permitir que dejes que una persona tóxica te siga hundiendo, por mucho que hayas tenido años de relación con ella. Demos el primer paso hacia una tú más sana y feliz.
Caracterizadas por una serie de comportamientos y dinámicas perjudiciales, las relaciones tóxicas pueden causar un gran dolor psicológico y emocional. La confianza y el respeto suelen estar ausentes cuando se dan este tipo de situaciones, y son frecuentes comportamientos como la deshonestidad, la infidelidad y la coacción.
También es posible que tu pareja trate de mostrar tendencias opresivas, como intentar dictar las decisiones que tú misma debes tomar o restringir tu relación con amigos y familiares.
Además, las relaciones tóxicas suelen estar plagadas de discusiones y desacuerdos, independientemente de la insignificancia del asunto, y la insatisfacción con la relación es una emoción predominante.
Mientras que las relaciones sanas se basan en la capacidad de compartir sentimientos y ofrecer ayuda emocional, las relaciones tóxicas de pareja carecen de este elemento fundamental. Esto puede provocar sentimientos de aislamiento y desconexión, así como la sensación de que la relación es infructuosa y poco gratificante.
Uno de los comportamientos que puedes estar percibiendo por parte de tu pareja es la conducta controladora, provocando que te sientas constreñida e incapaz de tomar decisiones de forma independiente. Es esencial identificar pronto este tipo de comportamiento y abordarlo antes de que empeore, ya que puede derivar en importantes problemas a nivel psicológico
La manipulación es otra clara señal de tener un compañero tóxico. Empleando la culpa o el chantaje emocional para salirse con la suya, estas personas pueden hacer que su pareja se sienta responsable de sus sentimientos. Y con el fin de manejarlo de manera saludable, mi recomendación es establecer límites o buscar ayuda externa de una psicóloga como yo.
Reconocer las fases de una relación tóxica es el paso inicial para salir de ella. Al principio, la relación puede parecer emocionante y apasionada. Sin embargo, esta fase puede transmutarse rápidamente en una obsesión, en la que la persona tóxica intenta controlar todos los aspectos de la vida de su pareja.
Esta fase se distingue por la envidia, la posesividad y un intenso deseo de atención. Es esencial reconocer pronto estas señales de alarma y tomar medidas antes de que la situación se intensifique. Si percibes que estás perdiendo el dominio de tu vida, es hora de plantearse dejar la relación.
A medida que avanza el tiempo, la persona tóxica puede volverse progresivamente manipuladora y opresiva, lo que provoca que la víctima pueda sentirse atrapada e incapaz de abandonar la relación.
Es este el momento en el que dicha persona puede desplegar tácticas como la luz de gas o el chantaje emocional con el único fin de mantener el control sobre la vida de su pareja. Es de suma importancia buscar ayuda y apoyo durante esta fase para garantizar que estás a salvo y protegida.
Recuerda que tienes derecho a abandonar las relaciones tóxicas, aunque no sea algo sencillo, pero para ello existen recursos que te pueden ayudar a hacerlo.
Las relaciones tóxicas pueden desencadenarse por diversas causas:
A menudo, las personas que han sufrido abusos o abandono en la infancia pueden verse atrapadas en relaciones tóxicas como forma de repetir patrones negativos que les resultan cómodos
Además, los problemas no abordados, como la baja autoestima o la codependencia, pueden crear una atmósfera malsana en una relación.
Asimismo, los malos hábitos de comunicación, como la agresión pasiva o la evitación, también pueden aumentar la toxicidad. Reconocer y abordar estos problemas subyacentes es esencial para romper el ciclo de toxicidad y formar conexiones más sanas con los demás.
La falta de límites es otra fuente frecuente de toxicidad en las relaciones. Cuando las personas no establecen o aplican límites sanos con sus parejas, puede dar lugar a codependencia, amargura y otras emociones negativas.
Por otra parte, el abuso de sustancias y otros comportamientos adictivos también pueden aumentar la toxicidad de una relación, ya que pueden inducir un comportamiento errático e inestabilidad emocional.
Darte cuenta de si una relación tiene o no futuro puede ser un reto, sobre todo cuando hay emociones y dependencia de por medio. No obstante, hay algunos indicios que pueden ayudar a saber si ha llegado el momento de pasar página.
Como ya he mencionado antes, el indicio más evidente es la falta de comunicación. Si tu pareja y tú no podéis expresar con confianza vuestros sentimientos y necesidades, implica que la relación no es viable. Ten en cuenta que una relación sana se basa en la reciprocidad y el compromiso, no en sacrificios unilaterales
Recuerda que, por muy difícil que sea apartarse de una relación tóxica, no es una derrota, sino una forma de autocuidado y autoprotección. Escucha tu intuición y no dudes en buscar el apoyo de amigos, familiares o un profesional de la salud mental.
Si te has identificado con alguna de las situaciones que acabo de exponer, quiero que sepas que estoy a tu disposición para ayudarte a superar tus problemas. He ayudado a muchas personas que estaban en tu misma situación y, gracias a la terapia, ahora disfrutan de una vida mucho más plena y satisfactoria.
Patricia Nafría Vicente
Psicóloga sanitaria y Neuropsicóloga. Mente inquieta en formación continua.
Si te sientes identificado/a con mis artículos, no dudes en contactarnos.
