Hoy venimos a informar y comentar sobre lo que significa en la psicología la resiliencia.
Una palabra y concepto, que hasta hace relativamente poco resultaba desconocida para la mayoría de la población, a pesar de estar practicándola o dejándola de practicar en su día a día.
Por otra parte, en los últimos años sí que ha comenzado a ser una palabra y un término más presente en el vocabulario de la población, pero la pregunta es ¿Realmente sabemos que es la resiliencia?
Todos los aspectos de nuestra vida se ven afectados por la resiliencia, desde las cosas que podemos manejar hasta la forma en que respondemos a las dificultades. Para ser más resilientes, debemos aprender a afrontar el cambio, estar abiertos a la retroalimentación y valorar la diversidad.
En Psicología Nafría te enseñamos que es la resiliencia, específicamente que es en psicología la resiliencia, y como puedes tratar de incluirla en tu forma de vida para mejorar y crecer con ella.
El concepto de resiliencia surge del neurólogo francés Boris Cyrulnik, que lo creó basándose en escritos del autor John Bowlby, y su obra “Teoría del apego en edades tempranas’’.
Grandes medios como la Real academia Española, o simplemente Wikipedia, nos definen lo que es la resiliencia como la capacidad de superación o adaptación ante alguna adversidad, agente perturbador con resultado positivo.
Si bien es cierto que no van desencaminadas con estas definiciones, nosotros vamos a desarrollar un poco más el significado de la palabra resiliencia, enfocándonos puramente en el valor que tiene en la psicología la resiliencia.
El término resiliencia se refiere a la capacidad de soportar condiciones adversas y de recuperarse con más fuerza de ellas.
Claros ejemplos pueden ser el fallecimiento de un familiar, padecer Mobbing en el trabajo o Bullying en tu centro de enseñanza, un despido laboral, malas puntuaciones académicas, y un largo etcétera de tragedias y desgracias que pueden ocurrir en el día a día.
Como ya hemos comentado, en la psicología la resiliencia se define como la capacidad de afrontar bien la adversidad. Ahora que ya sabes qué quiere decir la palabra resiliencia, tienes que entender que, precisamente, cuando hablamos de personas resilientes, estamos refiriéndonos a personas que son capaces de recuperarse de los momentos difíciles y de la adversidad, y seguir adelante con sus vidas a pesar del problema.
Aunque hay muchos tipos diferentes de personas resilientes, pues como bien se suele decir, cada persona es un mundo, y cada una encaja y digiere sus problemas a su manera, hay algunos rasgos comunes que todas las personas resilientes comparten.
Por ejemplo, las personas resilientes suelen estar muy motivadas y centradas en alcanzar sus objetivos, tienen un fuerte deseo de triunfar y harán lo que sea necesario para alcanzar sus objetivos.
Además, las personas resilientes suelen ser muy buenas para poner las cosas en perspectiva, entienden que la vida no siempre es justa, pero también saben cómo afrontar la adversidad y seguir adelante.
En definitiva, las personas resilientes son personas capaces de recuperarse de la adversidad, una persona resiliente es aquella que puede seguir adelante con su vida tras un gran agente perturbador.
A la hora de hablar de resiliencia no solo nos referimos a lo que es en la psicología. Existen varios tipos donde la resiliencia es un concepto clave, adaptándose a diferentes contextos.
Aunque los 5 tipos de resiliencia que vamos a comentar adquieren un significado similar, se pueden diferenciar entre ellas al tratarse de situaciones y esfuerzos distintos los que se ejercen en ellos. Los tipos de resiliencia que existen son:
La resiliencia psicológica es esencial para mantener nuestra salud mental frente a eventos traumáticos o situaciones de estrés prolongado. Esta capacidad no solo nos permite resistir, sino también crecer a través de las dificultades. Investigaciones han demostrado que la resiliencia psicológica se puede cultivar mediante prácticas como el mindfulness, el pensamiento positivo y el fortalecimiento de las redes de apoyo social.
Además, los hábitos como mantener una rutina saludable y aprender a establecer límites claros también son fundamentales para proteger la salud mental y enfrentar los desafíos con una perspectiva más optimista.
La resiliencia emocional es el pilar que nos permite no solo reaccionar de manera adecuada ante eventos adversos, sino también mantener una estabilidad emocional a lo largo del tiempo. Aunque es difícil de desarrollar, existen estrategias para mejorarla, como practicar la autorreflexión, identificar y nombrar las emociones cuando aparecen y desarrollar una mayor inteligencia emocional.
Las personas con alta resiliencia emocional tienden a resolver problemas de manera más efectiva porque no se dejan llevar por respuestas emocionales automáticas y poco productivas, lo que les permite ver las soluciones de manera más clara y objetiva.
La resiliencia física está vinculada con la capacidad del cuerpo para adaptarse y recuperarse después de enfrentar situaciones difíciles, como una enfermedad o un accidente. Además de mejorar mediante la recuperación física, este tipo de resiliencia puede potenciarse con una vida saludable, incluyendo ejercicio regular, descanso adecuado y una alimentación balanceada.
Al fortalecer el sistema inmunológico y mantener en equilibrio nuestro bienestar físico, estamos mejor preparados para enfrentar adversidades que afectan nuestro cuerpo, como las infecciones o las lesiones graves. Esta resiliencia también está relacionada con nuestra capacidad para manejar el envejecimiento de forma saludable.
En situaciones de crisis, como desastres naturales o pandemias, la resiliencia comunitaria juega un papel fundamental. Este tipo de resiliencia no solo depende de las acciones individuales, sino de cómo los miembros de una comunidad trabajan juntos para superar adversidades. La resiliencia comunitaria se potencia mediante la cooperación, la creación de redes de apoyo mutuo y el fortalecimiento de las infraestructuras y servicios públicos.
Es un concepto clave en el desarrollo sostenible de las sociedades, ya que una comunidad resiliente es capaz de reconstruirse y prosperar incluso después de situaciones que podrían haberla devastado. Ejemplos de resiliencia comunitaria se ven en barrios que se organizan para proporcionar ayuda después de un desastre natural o en la respuesta colectiva ante la pandemia del COVID-19.
Este tipo de resiliencia se refiere a la capacidad de una persona, empresa o economía para resistir y recuperarse de crisis económicas o financieras. La resiliencia económica se observa cuando los individuos o las organizaciones son capaces de adaptarse a situaciones como recesiones, pérdida de empleo o cambios significativos en el mercado.
En un nivel más amplio, también se aplica a cómo las economías nacionales pueden recuperarse de colapsos financieros, guerras o desastres naturales. Las economías resilientes son aquellas que diversifican sus recursos, fomentan la innovación y protegen a sus ciudadanos a través de políticas públicas eficaces que amortiguan los impactos negativos de las crisis financieras.
La resiliencia no es una característica fija, sino que puede desarrollarse a lo largo de la vida. Algunos factores que contribuyen a mejorar la resiliencia son:
Ya hemos hablado de lo que significa en la psicología la resiliencia, ahora toca preguntarse: ¿eres una persona resiliente?
Se puede distinguir con facilidad a una persona que lo es, a continuación te presentamos las principales características de una persona resiliente:
En el perfil de una persona resiliente es habitual encontrar una profunda autoconciencia. Son capaces de identificar sus fortalezas y debilidades para potenciar sus habilidades y mejorar sus puntos débiles. Este autoconocimiento les permite tomar decisiones estratégicas y avanzar con mayor seguridad hacia sus metas.
Cuando la vida cambia de forma inesperada, las personas resilientes se reinventan y encuentran soluciones innovadoras. No se quedan estancadas en el problema, sino que buscan nuevas formas de adaptarse y seguir adelante.
Un buen ejemplo de una persona resiliente es aquella que cree en sus capacidades y sabe que es capaz de superar los retos. Esta confianza no significa arrogancia, sino la certeza de que puede aprender, mejorar y crecer ante cualquier situación.
No niegan sus emociones, sino que las reconocen y aprenden a manejarlas de forma saludable. Saben que la tristeza, el miedo o la frustración forman parte de la vida, pero no permiten que los dominen ni les impidan actuar.
Enfrentan los imprevistos con mente abierta y flexibilidad. No se resisten al cambio, sino que lo ven como una oportunidad para evolucionar y aprender.
De este modo, la resiliencia es la capacidad que tiene una persona para asumir aspectos o situaciones que no se pueden cambiar y aceptarlos como son.
No se rinden ante la primera dificultad. Ven los fracasos como lecciones y siguen adelante con determinación. Su actitud optimista les ayuda a enfocarse en soluciones en lugar de en problemas. Así, la resiliencia hace referencia a que una persona nunca se siente abrumada por los desafíos.
Entienden la importancia del apoyo social y se rodean de personas que los motivan y fortalecen. No temen pedir ayuda cuando la necesitan y saben que la resiliencia no significa enfrentar los problemas solos.
Las personas resilientes no pierden la capacidad de reírse de sí mismas y de las situaciones difíciles. Ven el lado positivo de las cosas y saben que el humor es una gran herramienta para aliviar el estrés y ganar perspectiva.
No se quedan atrapadas en el pasado ni viven angustiadas por el futuro. Se concentran en el aquí y ahora, buscando soluciones en lugar de alimentar preocupaciones innecesarias.
Tienen un fuerte sentido de propósito, lo que les permite mantener la motivación incluso en los momentos difíciles. ¿Cómo ven las personas resilientes las dificultades? Saben que cada desafío es una oportunidad para crecer y seguir avanzando hacia sus objetivos.
Comprenden que cuidar su salud mental y física es fundamental para enfrentar los desafíos con energía y claridad. Mantienen hábitos saludables, como el ejercicio, la alimentación equilibrada y el descanso adecuado.
No ven los fracasos como derrotas, sino como aprendizajes. Analizan sus errores, sacan conclusiones y los utilizan para mejorar y fortalecer su resiliencia.
La mejor manera de desarrollar la resiliencia es enfrentarse a nuestros miedos y probar cosas nuevas, esto puede significar exponernos, aunque nos dé miedo.
También significa aprender de nuestros errores y fracasar hacia adelante, en lugar de revolcarnos en la autocompasión.
La resiliencia es un viaje, no un destino. Ahora que ya sabes cómo es una persona resiliente, ten en cuenta que con un esfuerzo continuado, todos podemos convertirnos en personas más fuertes y resilientes.
Afortunadamente, la resiliencia no es una habilidad innata; todos podemos desarrollarla y fortalecerla con práctica y compromiso. A continuación, te comparto algunas estrategias para fomentar la resiliencia en tu vida:
La resiliencia es una parte vital para ser una persona de éxito, una persona resiliente es capaz de recuperarse de la adversidad y afrontar los retos de la vida de forma positiva.
Gracias a la psicología, la resiliencia aportará capacidad de mirar más allá de sus debilidades, aceptar sus posibilidades y apreciar lo bueno de la vida, confían en sus propias capacidades y están dispuestas a asumir riesgos para alcanzar sus objetivos.
Las personas resilientes saben que el fracaso es una parte esencial del éxito y que la persistencia es fundamental para alcanzarlo, entienden que el esfuerzo y la dedicación son ingredientes necesarios para el éxito.
Es por eso mismo que están dispuestas a trabajar duro, a salir de su zona de confort y a asumir riesgos para alcanzar sus sueños y marcar la diferencia en el mundo.
Resulta poco común ver a una persona resiliente, pero sin duda están ahí fuera, y a base de esfuerzo constante, todos podemos convertirnos en personas más resilientes.
Si al fin te has decidido a marcar entre tus objetivos el ser una persona más resiliente, no dudes en contactarnos, ya sea por correo o teléfono.
Contar con Psicología Nafría será la clave para conseguir ser una persona resiliente, con la ayuda de nuestro equipo profesional, avanzarás en la dirección correcta para ser una persona resiliente, además, acelerará notoriamente el proceso en tu camino hacia adquirir los mejores hábitos resilientes.
También te invitamos a que visites nuestro blog, donde podrás encontrar otros posts sobre psicología, que estamos seguros de que te encantarán y saciarán tu curiosidad sobre otros asuntos ajenos a la resiliencia.
Patricia Nafría Vicente
Psicóloga sanitaria y Neuropsicóloga. Mente inquieta en formación continua.
Si te sientes identificado/a con mis artículos, no dudes en contactarnos.
3 Comments
Exelelnte información muchas gracias.
Muy interesante.lastima wue la gente pierda el tiempo con el movil y juegos y no.la forme nadie para la vida y sus problemas.yo tengo una hija de 34 años y no sabe afrontsr los problemas con tranwuilidad y tiene toda mi syuda lo que pass wue yo diempre lleve el peso de toda la familia y aveces tengo bajon.no tengo apillo de nadie pero lucho todos los dias .la vida es muy bella si.las cosas que nis pasas no don graves.me survio de mucho leer esto.gracias
Hola Antonia, gracias a ti por escribirnos. Un saludo