Tiempo de lectura: 4 minutos¿Has oído alguna vez hablar del síndrome de Gills de la Tourette? Este trastorno neurológico que recibe el nombre del doctor Georges Gilles de la Tourette, quien diagnóstico por primera vez esta enfermedad en 1885, se suele detectar en la infancia.
Si has observado que tu hijo o hija presenta tics de forma repetitiva e incontrolada, es posible que sufra el síndrome de Gills de la Tourette.
En este artículo del blog de Psicología Nafría, te cuento qué es, sus síntomas y tratamiento.
¿Qué es el síndrome de Gills de la Tourette?
Como ya he avanzado al inicio de este post, el síndrome de Gills de la Tourette es un trastorno neurológico que hace que la persona que lo padece realice movimientos y sonidos repetitivos que no puede controlar.
Los primeros síntomas de este trastorno aparecen en la infancia, normalmente entre los 5 y 10 años de edad, y suele desarrollarse más en los niños que en las niñas.
El síndrome de Gills de la Tourette puede afectar de forma negativa al bienestar físico y mental del niño. Por ello, es fundamental ayudarle, mediante el tratamiento adecuado, a reducir sus síntomas para poder llevar una vida más saludable.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de Gills de la Tourette?
Los síntomas del síndrome de Gills de la Tourette pueden variar, desde los más leves como un pequeño movimiento, encoger los hombros o toser, hasta los más graves, es decir, movimientos y/o sonidos de forma continua que no puedan controlar.
Dichos tics pueden agravarse e incluso cambiar si el niño que los sufre está estresado, alterado o cansado. A medida que la tensión aumenta, los movimientos serán más difíciles de controlar, lo que puede afectar a su vida cotidiana.
Los tics del síndrome de Gills de la Tourette pueden dividirse en:
- Tics simples: son aquellos tics que aparecen de forma repentina, repetitiva y en un periodo breve de tiempo. Implica únicamente un número limitado de músculos. Por ejemplo, cerrar y abrir los ojos.
- Tics complejos: al contrario que los tics simples, en este caso, los patrones de movimientos son diferentes e implican varios grupos de músculos. Por ejemplo, rascarse la cabeza o tocarse una parte del cuerpo de forma repetitiva, e incluso, llegar a dañarse.
Además, como ya he explicado anteriormente, los tics pueden ser movimientos o sonidos repetitivos, es decir, tics motores o tics vocales.
A continuación, se agrupan los tics en función de su complejidad y de si se trata de un movimiento o un sonido.
Tics vocales simples
- Aclararse la garganta
- Toser
- Gruñir
- Aspirar por la nariz
- Ladrar
- Resoplar
- Tararear
Tics vocales complejos
- Gritar
- Repetir palabras propias
- Repetir las palabras dichas por terceras personas (ecolalia)
- Decir palabras obscenas o insultos (coprolalia)
Tics motores simples
- Hacer muecas
- Encogerse de hombros
- Mover la nariz o la boca
- Abrir y cerrar los ojos (parpadear)
- Agitar o sacudir la cabeza
Tics motores complejos
- Saltar
- Dañarse o darse golpes a uno mismo
- Caminar siguiendo un patrón
- Repetir movimientos propios o de terceros
- Tocar objetivos de forma repetitiva
- Girarse
- Inclinarse o agacharse
- Realizar gestos obscenos
Además de los síntomas enumerados, el síndrome de Gills de la Tourette puede presentar otro tipo de síntomas, trastornos o comportamientos:
- En la mayoría de las ocasiones, este trastorno suele estar ligado a otros como, por ejemplo, depresión, trastorno de la hiperactividad y déficit de atención (THDA) o el trastorno del control de los impulsos.
- Algunos rasgos de estos trastornos son: la falta atención, incapacidad de mantener la concentración durante un periodo largo de tiempo, impulsividad, hiperactividad, irritabilidad, tristeza frecuente, melancolía, ingesta compulsiva, cleptomanía, etc.
- Otro de los síntomas es la incapacidad del niño de poder organizarse y/o planificarse adecuadamente.
- Pueden surgir comportamientos compulsivos, es decir, conductas repetitivas que se realizan con el fin de evitar o disminuir la ansiedad.
- También pueden surgir obsesiones, que el niño tenga pensamientos o ideas, que aparezcan como algo molesto y recurrente.
¿Cuáles son las causas del síndrome de Gills de la Tuorette?
Se desconocen los motivos exactos por los que un niño desarrolla el síndrome de Gills de la Tourette. Por un lado, se cree que al tratarse de un trastorno neurológico genético, se trasmite de padres a hijos. Por otro lado, se cree que este se desarrolla durante el embarazo.
A priori, las investigaciones realizadas apuntan a que se debe a problemas en ciertas partes del cerebro, en concreto, con las sustancias químicas que se encargan de que las neuronas se comuniquen entre sí.
¿Cómo se diagnostica el síndrome de Gills de la Tourette?
Por lo general, para el diagnóstico de este trastorno neurológico se deben de cumplir una serie de criterios:
- Los tics, o algunos de ellos, deben de haberse manifestado antes de los 18 años.
- Tener tics al menos durante un año. Los tics pueden aparecer todos los días o de forma esporádica.
- Tener al menos un tic vocal, como toser o aclararse la garganta, y dos o más tics motores, como mover la cabeza o pestañear. No tienen porque darse de forma simultánea.
- Que lo síntomas no se deban por el consumo de drogas o medicamentos.
Tratamiento del síndrome Gills de la Tourette
En el caso de que hayas observado que tu hija u hijo pequeño realiza movimientos o emite sonidos de forma repetitiva e involuntaria, lo más recomendable es consultar con un profesional para que pueda darte un diagnostico cuanto antes.
En Psicología Nafría contamos con un experto equipo de profesionales especializado en el tratamiento psicológico de niños y adolescentes que estudia cada caso, para poder ofrecer una atención adecuada y personalizada. No dudes en ponerte en contacto conmigo, la primera consulta es gratuita.