La convivencia familiar, inevitablemente, conlleva a momentos de desacuerdo y tensión. En Psicología Nafría sabemos la importancia de la resolución de conflictos entre padres e hijos para tener un hogar tranquilo y una relación sana. Los conflictos no resueltos o ignorados pueden generar un ambiente de tensión, resentimiento y afectar la autoestima. En los casos más severos puede causar daños graves en el vínculo familiar.
Por eso, es fundamental contar con herramientas efectivas de inteligencia emocional y comunicación, para encontrar las soluciones adecuadas. También, para prevenir una escalada en los desacuerdos.
Sin duda, cada caso es diferente por múltiples motivos, sin embargo tomarse el tiempo para identificar la raíz del problema es un paso esencial para la resolución de conflictos entre padres e hijos. Este ejercicio de observación y autoobservación puede ser difícil, pero dará muy buenos resultados.
Una causa importante de conflictos pueden ser las expectativas que ambas partes tienen sobre la otra. En ocasiones, los padres esperan que sus hijos se comporten y sean de determinadas maneras. Esperan obediencia y similitud.
Los hijos, por su parte, esperan poder actuar con libertad y sin responder a nadie. Desean establecer su individualidad y suelen responder con rebeldía a las normas que encuentran anticuadas.
Detrás de esto puede encontrarse un tema de brecha generacional. Si se quiere encontrar una forma de resolución de conflictos entre padres e hijos, es primordial que se entiendan las diferencias de contexto social, comunicativo e incluso histórico.
Las formas de expresarse también pueden ser un punto de roce entre padres e hijos, sin importar la edad. En ocasiones ambos, o alguna de las partes, carecen de la inteligencia emocional para hablar de forma abierta y sin agresión verbal.
Existen algunas técnicas que pueden resultar útiles para abordar la resolución de conflictos entre padres e hijos. Estas se pueden implementar como estrategias preventivas, así como en el momento en que se presenten los altercados.
Es un hecho conocido que lo mejor es prevenir que lamentar. Una familia donde se mantenga un clima positivo, se promueva la comunicación abierta y se centre en el amor y el respeto, tendrá menos conflictos.
En consecuencia, aquellos hogares donde se tenga un ambiente de confianza entre todos sus miembros, tendrán una menor propensión a los problemas. Aun así es inevitable que surjan disputas en algún momento.
Aquí, unos puntos claves para solventar un desacuerdo.
Como hemos mencionado antes, cada caso es diferente. En ocasiones es esencial contar con un profesional que pueda mediar en la resolución de conflictos entre padres e hijos.
En otros casos, es un beneficio adicional. Un especialista en relaciones familiares puede aportar las herramientas para una mejor comunicación y para una negociación efectiva entre los involucrados.
Se debe destacar que un psicólogo familiar no tomará partido por los padres ni los hijos. No es una cuestión de buscar apoyo en esta persona para forzar una postura en especial. Sino de adquirir las habilidades para solventar el problema.
Es seguro que encontrar una solución a los problemas es un alivio, en cualquier caso. Cuando hablamos de la resolución de conflictos entre padres e hijos, las ganancias son amplias para los involucrados, así como el resto de la familia,
Invertir tiempo y esfuerzo, e incluso contar con el asesoramiento de profesionales cualificados, va a permitir construir y fortalecer la relación entre los padres y los hijos, sean adultos o niños.
Demostrar que estamos más interesados en solventar los problemas que en tener el control o la razón, es una oportunidad de crecimiento personal para toda la familia. Y no es el único beneficio.
Lo primero, es un fortalecimiento de la relación. El esfuerzo y disposición para resolver las dificultades hace más fuerte el vínculo entre ambos. Con esto van a tener una relación que esté basada en el respeto y la confianza.
Este tipo de situaciones, correctamente manejadas, puede aumentar la autoestima sobre todo de los hijos. En especial si son pequeños o adolescentes. Tendrán más confianza al momento de expresar sus necesidades y límites con otros.
Siguiendo esa línea, la resolución de conflictos entre padres e hijos, permite el desarrollo de habilidades sociales. Pueden aprender de comunicación, empatía, negociación y compromiso. Habilidades básicas para construir otras relaciones fuera del hogar.
Un ambiente familiar más armonioso, será otra feliz consecuencia de la capacidad de todas las partes en conflicto para conseguir las soluciones e implementar los cambios necesarios.
Nuestros profesionales en Psicología Nafría pueden atender cualquier consulta que tengan en la resolución de conflictos entre padres e hijos. Reserva ya tu primera cita con nosotros.
Patricia Nafría Vicente
Psicóloga sanitaria y Neuropsicóloga. Mente inquieta en formación continua.
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